La Facturación Electrónica está más en boca de todos que nunca en Panamá, donde, por un lado, las autoridades la ponderan como una herramienta imprescindible, mientras que, por otra parte, sus detractores han buscado detener este avance por la vía judicial. Con toda esta coyuntura, más las dudas lógicas de los usuarios ante un sistema novedoso, la gente puede llegar a tener cierta confusión sobre el funcionamiento, el panorama que reina y el futuro de esta herramienta en nuestro país.

Para dar claridad al tema, nos pusimos en contacto con el Ing. Rafael Montero, CEO de GuruSoft, una compañía que se especializa en la emisión electrónica de comprobantes en América Latina. Como experto en la materia, decidimos entrevistarlo para que nos cuente de primera mano la situación que atraviesa esta herramienta en Panamá.

– Ing. Montero, queremos consultarle por el estado actual de la Facturación Electrónica en Panamá.

La Facturación Electrónica atraviesa un momento espléndido en Panamá, donde los contribuyentes que la han adoptado ya dan fe de todas las ventajas que ofrece y cómo han dado un salto de calidad en sus negocios. Tras varios avances hacia la obligatoriedad de este sistema, algo que ha sucedido en todos los países que tomaron este camino, finalmente en noviembre del año pasado, mediante la Ley 256, se fortaleció el Sistema de Facturación Electrónica de Panamá (SFEP), impulsando, por ejemplo, el facturador gratuito que está enfocado para aquellos contribuyentes que tengan ingresos brutos de hasta 1 millón de balboas y generen hasta 200 facturas mensuales.

– ¿Cómo ha sido el proceso de implementación?

-Tras notar con el Plan Piloto, un período de prueba en algunas empresas, las enormes bondades que la Facturación Electrónica daba tanto a los usuarios como a los entes tributarios en los países en los que lo implementaron, las autoridades de la Dirección General de Ingresos (DGI) tomaron la determinación de llevar a cabo esta revolución en el sistema panameño. Esta modalidad de emisión de comprobantes es lo mejor que la digitalización ha traído en materia impositiva y la decisión óptima.

 – ¿Cuáles son esos beneficios de los que habla?

-Más que un beneficio puntual, hay que hablar de que todo el proceso de facturación, en todos los aspectos, se ve ostensiblemente mejorado. Se acortan tiempos, se estima que reduce hasta un 80% de costos de facturación, se prescinde de papeles, tintas e impresoras (con todos los dolores de cabeza que eso trae aparejado), se tiene un resguardo absolutamente seguro en la nube de todos los documentos, lo cual genera que se deje de necesitar un espacio de almacenamiento con carpetas. Por si fuera poco, esta manera de facturar es amigable con el medio ambiente, ya que ahorra miles de millones de litros de agua y químicos, además de evitar la tala indiscriminada, empleados en la fabricación de papel, tintas, cartuchos, impresoras y demás insumos requeridos en la facturación tradicional.

– ¿Cuáles son los principales escollos a superar en Panamá?

– Hay mucha desinformación, mucha gente que habla sin saber o con la intención clara de confundir a los contribuyentes. Muchos panameños se preguntan si será un sistema caro, si será para ellos, si les conviene. La respuesta es simple: se trata de un sistema para todos los contribuyentes, a todos les generará un gran ahorro y a todos los va a beneficiar, sin importar si se trata de una multinacional o de un emprendedor que apenas comienza.

 – ¿Qué le depara el corto y mediano plazo a esta herramienta en nuestra nación?

-Como he mencionado anteriormente, la Ley 256 ha sido un primer paso hacia la obligatoriedad. Ya se ha estudiado el funcionamiento del sistema en Panamá mediante el Plan Piloto y se obtuvieron resultados espléndidos, se ha dispuesto un período de adhesión voluntaria con conclusiones también excelentes, y ahora están los primeros obligados. El futuro es, al igual que en todos los países que fueron recorriendo esta ruta, ir hacia una lógica obligatoriedad extendida, que llevará todos los beneficios de la Facturación Electrónica a los usuarios y al sistema.

– Como última consulta, ¿de qué manera piensa que se irá dando la obligatoriedad?

– Lógicamente, como en todos los casos similares observados, se espera un cronograma de obligatoriedad en el que distintos grupos irán sumándose al sistema en distintas fechas, comenzando por las empresas más grandes y terminando por las más pequeñas. Esta primera ley, que determina la Facturación Electrónica como modalidad de emisión de comprobantes para los nuevos inscritos al RUC, da una muestra muy clara de que la migración hacia el sistema será por grupos, denotando que la digitalización alcanzará a todos los contribuyentes, que serán los beneficiarios de un sistema innovador, seguro y transparente.

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