
La forma en que los panameños pagan está cambiando. En supermercados, farmacias y hasta en rutas de transporte selectivo, cada vez más personas optan por dejar a un lado el efectivo y realizar sus compras simplemente acercando su tarjeta o celular. Esta transformación responde a una tendencia global: el uso de tecnología NFC (Near Field Communication), que permite realizar pagos rápidos y seguros sin contacto físico.
En Panamá, este avance no es solo una cuestión de comodidad. Representa un paso firme hacia la inclusión financiera, la digitalización de servicios bancarios y una mayor eficiencia operativa en el comercio. Datos recientes del sector financiero local apuntan a un crecimiento sostenido en el uso de billeteras digitales, con un aumento del 72% en el último año, y más de 349 millones de transacciones electrónicas registradas en 2024.
El país también ha demostrado liderazgo regional en la adopción de pagos sin contacto, ocupando el tercer lugar en Latinoamérica en penetración de esta tecnología, después de Costa Rica y Chile. Incluso el Metro de Panamá ha reportado un aumento del 140% en viajes pagados con tarjetas Visa y Mastercard, consolidando el uso de NFC también en servicios públicos de alta demanda.
La clave de esta revolución está en la capacidad de adaptación tecnológica del ecosistema financiero. Y ahí es donde entra en juego el papel de empresas especializadas como Topaz, proveedor regional de soluciones core bancarias que está detrás de muchos de los procesos que permiten que este tipo de pagos ocurran de forma fluida, segura y en tiempo real.
Topaz, a través de sus plataformas, brinda a los bancos las herramientas necesarias para integrar tecnologías como NFC en sus operaciones cotidianas. Esto incluye la conexión con billeteras digitales (como Apple Pay o Google Pay), el procesamiento seguro de las transacciones, la tokenización de los datos sensibles del cliente, y la adaptación del sistema bancario para que estas innovaciones no solo funcionen, sino que también cumplan con los más altos estándares de seguridad y regulación.
“Lo que vemos en Panamá es un reflejo de lo que ocurre en muchas economías emergentes: la tecnología financiera ya no es un complemento, sino el eje central del modelo de servicio”, explica Jorge Iglesias CEO de Topaz. “Desde pagos sin contacto hasta integración con dispositivos móviles y sistemas biométricos, el futuro bancario es digital, personalizado y cada vez más invisible”.
El reto ahora no es solo seguir implementando soluciones contactless, sino consolidar un marco regulatorio que acompañe la innovación, y capacitar a los usuarios –particularmente en sectores menos digitalizados– para aprovechar al máximo estos avances.
Panamá, con su posición estratégica y su ecosistema financiero ágil, tiene todo el potencial para convertirse en un hub regional de innovación bancaria. Y la tecnología NFC, respaldada por infraestructuras sólidas como las que habilita Topaz, es sin duda uno de los pilares de esa transformación.