Hoy en día escuchamos de pacientes de diferentes edades que han necesitado o necesitan de un reemplazo total de cadera (RTC). “Cuando ocurre en personas mayores lo más común es que sea por desgaste de la articulación y en personas jóvenes o menores de 50 años, por lo general hay diversas razones, nos comenta el Doctor Roque Pinilla, Ortopeda del Hospital Paitilla:
• Fracturas o infecciones asociadas
• Enfermedades como artritis reumatoidea, lupus eritematoso sistémico, anemia falciforme
• Uso crónico de corticoides a altas dosis
• Uso de drogas o alcohol”.
El desgaste por la edad y las condiciones o enfermedades hereditarias o genéticas son difíciles de controlar. Sin embargo, el exceso de peso corporal que, si es un factor controlable, es uno de los elementos asociados al desgaste prematuro de las articulaciones de carga.
Hablando ya de la cirugía consiste en retirar las partes desgastadas del hueso de la cadera y el fémur y prepararlas para insertar las prótesis artificiales.
Los cuidados post operatorios y de la herida son relativamente sencillos siendo lo más importante seguir recomendaciones médicas. Al día siguiente de la cirugía se levanta al paciente y da sus primeros pasos con andadera. La herida está cicatrizada en dos semanas usualmente. Con respecto a la terapia física, el Doctor Pinilla nos comenta que en particular no las recomienda inicialmente. Luego de seis semanas de la operación, se evalúa al paciente para determinar si es necesario.
Surge la inquietud de qué tan activa podrá ser la vida del paciente luego de la cirugía. “Eso es relativo, yo les explico a los pacientes que la principal razón para operarse es mejorar la calidad de vida, disminuir dolor y poder sentirse aliviados. Entonces en ese sentido es que deben enfocarse.
El pensar que van a llevar una vida “normal” pues es dependiente de la edad y nivel de actividad previo a la cirugía”, nos explica el Doctor Pinilla.
Con respecto a realizar el reemplazo en ambas caderas durante la misma cirugía, es sumamente importante la condición médica del paciente, edad y si tiene o no enfermedades de fondo que afecten directa o indirectamente el resultado final. Por último, pero no menos importante es el grado de dificultad técnica de la cirugía y esto es dependiente del grado de desgaste y deformidad de la articulación.
Siendo la necesidad de esta cirugía en aumento en los adultos mayores, la principal recomendación para prevenirla es que cuiden su salud ósea mediante el ejercicio y una dieta balanceada, controlando también su peso corporal.