El hueso es un órgano vivo que está en constante proceso de renovación y destrucción. Como tal se forma en el útero, periodo crucial en que la madre debe disponer de los niveles de calcio suficientes para suplir al bebé en formación al igual que las necesidades de su propio cuerpo.
Todos vivimos un momento pico en nuestra masa ósea, durante el cual nuestros huesos están en su mejor forma, esto ocurre desde la niñez hasta alrededor de los 31 años, de ahí empieza a decaer. “Nuestra intención es tratar de mantener esa condición ósea y así prevenir la osteoporosis, en lugar de tratarla. Esto se logra con una alimentación adecuada desde edades tempranas, la cual irá variando con el crecimiento. Por ejemplo, una persona en crecimiento y joven adulto requiere 1,500 miligramos diarios de calcio para un desarrollo ideal. Luego de esto, puede ser un mantenimiento con 800 miligramos diarios hasta llegar a la menopausia, cuando la mujer empieza a perder el mineral, etapa en la cual debe incrementar la ingesta nuevamente a unos 1,200 miligramos al día”, nos comenta la Doctora Débora Arosemena, Médico con Especialidad en Nutrición del Hospital Paitilla.
La condición que se trata de detectar principalmente es la osteoporosis, la cual implica la pérdida de estructura ósea, volviendo los huesos débiles y frágiles convirtiéndolos en más propensos a fracturas. Esta condición presenta diferentes niveles:
• Osteopenia: Nivel más leve de pérdida ósea
• Osteoporosis: Leve, Moderada, Severa
Es muy importante para la familia y los pediatras detectar a tiempo a un adolescente que está bajo de peso o que no se está alimentando bien. “Tenemos condiciones como la anorexia o la bulimia, además de dietas aberrantes o un mal manejo de una dieta vegetariana o vegana que esté afectando los niveles necesarios de calcio. A estos pacientes es necesario realizarles una densitometría ósea en esas edades para ver la condición de sus huesos. Esto ocurre también si una mujer joven debe ser sometida a una histerectomía temprana”.
Aparte de estos factores, otros hábitos inciden en la salud de nuestros huesos, como es el consumo de bebidas carbonatadas, alcohol en exceso, cigarrillo, falta de actividad física y la historia familiar. Añadido a esto, para que nuestros huesos puedan absorber el calcio debemos revisar otros factores como los niveles de Vitamina D, si padecemos algún tipo de insuficiencia renal, patologías gastrointestinales (ya que ahí se absorbe el calcio), cáncer, entre otras. También tenemos una serie de medicamentos que producen pérdida de calcio por la orina, como los diuréticos, anticonvulsivantes, hormonas tiroideas, corticoides, algunas quimioterapias (por esto es importante realizar una densitometría una vez se haya diagnosticado un cáncer).
De cada 4 personas con osteoporosis, 3 son mujeres y 1 es hombre. En el caso de las mujeres se recomienda que el primer examen de densitometría ósea (a menos que el médico indique lo contrario), se realice a los 35 años. Este examen utiliza los Rayos X para detectar la densidad de los tejidos (músculo, grasa, hueso). “En esta etapa se ve el estado de los huesos de la mujer para comprobar que no presente ya una osteopenia. De notarse alguna condición se iniciará con el suministro de calcio, vitamina D y actividad física” nos indica la Doctora Arosemena.
“La COVID-19 afectó, no tanto por la enfermedad en si, sino por el sedentarismo generado por la pandemia, y la falta de actividad física que es de forma comprobada, causal de la pérdida de calcio. En el caso de haber padecido la enfermedad, debemos considerar que el uso de corticoides y otros medicamentos, también generan pérdidas”, nos aclara la Doctora Arosemena.
Más que medicamentos o suplementos para suplir la necesidad de calcio, la Doctora Arosemena recomienda una buena alimentación “en los niños, la leche es una excelente fuente de calcio y hierro, tomando en cuenta la ingesta de unos 3 o 4 lácteos al día. En la adolescencia, donde crece la cantidad de miligramos que debemos ingerir, debemos cuidar las opciones de nuestros hijos, por ejemplo, la bebida de almendras puede que no sea una buena opción para suplantar el calcio obtenido de los lácteos. Todo cambio en la dieta de un niño o adolescente se debe consultar con su médico. Si la persona es intolerante a la lactosa, puede ingerir deslactosada, o descremada si el problema es el peso o colesterol. Igual de importante es vigilar la calidad de la proteína, para la formación muscular”.
Sin embargo, si notamos ya una pérdida ósea, en cualquier edad, se recomienda el calcio, la vitamina D (si es necesario) y ejercicios, sobre todo caminar, complementado con otras actividades como pilates o yoga.
Información: Hospital Paitilla