Día Mundial del Dolor

Este 17 de octubre, el mundo conmemora el Día Mundial del Dolor, una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), con el objetivo de visibilizar el sufrimiento asociado al dolor crónico y reconocerlo como una enfermedad que requiere diagnóstico y tratamiento integral.
De acuerdo con la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (Fedelat), en Panamá más del 60% de los panameños sufre de dolor, siendo el principal síntoma de consulta médica en este país.
El dolor crónico: una enfermedad que va más allá del síntoma
“Es importante que la población comprenda que existen dos tipos de dolor: el agudo y el crónico”, explica el Gerente Médico de Oste-dolor en Adium Centroamérica y el Caribe, Pedro Salvador Rivera.
“El dolor agudo actúa como una señal de alarma del organismo: nos indica que algo no está bien, como cuando tenemos una lesión o un trauma. En cambio, el dolor crónico persiste más allá de tres meses y deja de cumplir esa función protectora, convirtiéndose en una enfermedad en sí misma”.
Diferencias entre dolor agudo y crónico
Dolor | Agudo | Crónico |
Síntoma | Enfermedad | |
Intensidad | Proporcional | No proporcional |
Evolución | Transitoria | Permanente/recurrente |
Función biológica | Sí | No |
Se asocia con | Ansiedad | Depresión |
La cirugía como fuente frecuente de dolor agudo que cronifica
La cirugía es una de las fuentes más comunes de síndromes de dolor agudo a crónico. Este dolor posoperatorio crónico (DPOC) tampoco se restringe a cirugías mayores y se ve a menudo después de procedimientos menos invasivos, como las reparaciones de hernias. Este dolor puede ser el resultado de un traumatismo por el procedimiento o de complicaciones relacionadas. Se caracteriza por ser un dolor agudo, limitado en el tiempo, predecible y evitable.
Su mal control afecta negativamente la calidad de vida y aumenta el riesgo de complicaciones, la morbilidad y los costos, incrementando también el riesgo de desarrollar dolor crónico persistente.
Uno de los principales indicadores de los malos resultados del dolor posoperatorio a largo plazo es el dolor no controlado que persiste en las primeras semanas o meses después de la cirugía. Este periodo es crítico para proporcionar intervenciones tempranas para prevenir la cronificación del dolor.
En varios estudios y encuestas realizadas en los últimos años se ha podido comprobar que este mal manejo del dolor y de la alta prevalencia es debido a muchos factores. Entre ellos están que, en algunos países, aún piensan que tener dolor es algo “normal” tras un proceso quirúrgico; además, las guías de tratamiento analgésico suelen ser inadecuadas para el tipo de cirugía y de paciente, no existiendo protocolos específicos y un miedo al uso de determinados fármacos y técnicas analgésicas.
Por otro lado, las enfermedades que requieren manejo del dolor en el mediano y largo plazo son variadas y pueden incluir artritis, fibromialgia, cáncer, lesiones nerviosas, problemas de espalda, migrañas, esclerosis múltiple o dolor pélvico crónico, entre otras. Muchas de ellas implican cambios en el sistema nervioso que perpetúan el dolor incluso cuando la causa inicial ya no está presente. Tratar precoz y adecuadamente el dolor agudo no sólo aliviará al paciente sino además será un elemento fundamental para que ese dolor no se cronifique.